miércoles, 14 de enero de 2009

Fernando Gago llegó al Real Madrid de Capello en el mercado de invierno de la temporada 2006/2007 por 18 millones de euros. Desde entonces, el mediocentro argentino ha progresado sin descanso y se ha impuesto como 'multiusos' en la medular de uno de los equipos más laureados de la historia del fútbol.
La alargada sombra de Redondo, una leyenda en el conjunto de Chamartín, por su parecido físico con él y su condición de clásico 'Cinco' argentino, persiguió al 'Pintita' desde su desembarco en el Santiago Bernabéu.
Hoy por hoy Redondo es Redondo y Gago es Gago. Con constancia, trabajo e imponiéndose a la presión que implica estar en el Real Madrid, el ex de Boca Juniors se ha consolidado en un puesto en el que no competía con cualquiera, sino que se lo disputó a su llegada a jugadores tan consolidados como Emerson o Mahamadou Diarra.
Ahora es otro futbolista. Ha ganado cuerpo, galones y personalidad. Ocupa campo, recupera balones y saca el esférico con criterio, algo que no lo puede hacer cualquiera en el conjunto merengue.
Con Schuster se consolidó como titular tras la marcha de Diarra a la Copa de África y desde entonces nadie le ha movido. Bien es cierto que el malí está actualmente lesionado, pero no era así cuando el argentino se impuso en la lucha por el mando del timón de la nave blanca.
Juande le considera fundamental en su esquema y de momento parece un indiscutible en los onces del manchego. Gago tiene ya un nuevo competidor, y de calidad: Lassana Diarra. En el debut del francés, precipitado por una inoportuna lesión de Guti, ambos se entendieron a la perfección.
Después de dos años al servicio de la 'Casa Blanca' son pocos ya los que dudan de la calidad del que llamaban el 'heredero de Redondo'. Se ha convertido en el 'mariscal' del centro del campo madridista, todo un logro para un joven de tan solo 22 años al que le queda una larga carrera por delante.

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